El Ayuntamiento de Ordizia probará el sistema Urban Dog nature, que además de evitar las manchas y los malos olores en paredes y mobiliario urbano, mejora la calidad del compost para fertilizar parques y jardines.
Con el objetivo de evitar las manchas y los malos olores en las paredes y en el mobiliario urbano provocadas por la orina de los perros, el Ayuntamiento de Ordizia (Gipuzkoa) ha instalado en cuatro zonas del municipio un nuevo sistema de recolección de orina denominado Urban Dog Nature.
Además de satisfacer las necesidades fisiológicas de las mascotas caninas en los cascos urbanos de forma más higiénica, también se mejorará el compost para fertilizar los parques y jardines del municipio gracias la aportación de los nutrientes de la orina de los perros. Los aparatos se han instalado a modo de prueba piloto, sin coste alguno para el Ayuntamiento, aunque este último se hará cargo del buen uso y mantenimiento del mismo.
Urban Dog Nature es una estructura de acero inoxidable, material de alta resistencia y larga durabilidad. Gracias a los fuertes anclajes, es un sistema robusto y seguro, de fácil instalación y mantenimiento. Además, dispone de una papelera para depositar los excrementos de los perros. Los modelos instalados en Ordizia tienen un peculiaridad, ya que cuentan con una cubierta para evitar que la lluvia altere el proceso de recogida.
Prueba piloto durante un año
En Ordizia, como en la mayoría de los municipios, son cada vez más las personas que tiene perros en casa, y muchos de los perros suelen orinar en fachadas y en el mobiliario urbano. “Por una parte, conseguiremos que el municipio esté más limpio y libre de olores desagradables, y por otra, obtendremos mejor compost para fertilizar los parques y jardines. Es un sistema sencillo, limpio y ecológico”, señaló Iban Asenjo, concejal de Movilidad y Desarrollo Sostenible del Ayuntamiento de Ordizia, durante la presentación de la prueba piloto, que se prolongará durante un año.
El laboratorio Applus Agroambiental ha analizado el compost conseguido mediante este sistema, comprobando que se produce una mejora global de sus características para ser usado como fertilizante
Aunque el sistema ya se está probando en seis municipios de Cataluña, donde se instaló en diciembre de 2013, Ordizia será la primera localidad vasca en instalarlo. “En Cataluña ha tenido muy buena acogida, y esperamos que en Ordizia suceda lo mismo. Animo a las personas propietarias de perros a que utilicen estos innovadores elementos del mobiliario urbano, porque es responsabilidad de toda la ciudadanía colaborar por un pueblo más limpio y sostenible”, añadió Asenjo, quien recordó que Ordizia cuenta desde el 2008 con máquinas Pipican para el depósito de heces de perro.
Limpieza y aprovechamiento
El proyecto de crear este sistema surgió de la experiencia propia de su autor, Nicolás Jardí como propietario de un perro, preocupado por la falta de instalaciones públicas para que este tipo de animales domésticos no provoquen suciedad en la calles. “Después de darle muchas vueltas, decidí poner a prueba un sistema que no sólo solucionaría el problema de los orines de perros en espacios públicos, sino que además es totalmente ecológico, puesto que mejora la calidad de los restos vegetales que se pueden hacer servir para fertilizar los jardines públicos”, explica.
Tras algunas pruebas y diseños, Jardí cuenta con datos facilitados por centros especializados que confirman la utilidad del sistema, y decidió patentar el primer modelo, que fue presentado en octubre del 2013 en la Feria Municipalia de Lleida.
Ahora lo está poniendo a prueba con la colaboración de municipios interesados. “La gran innovación es que por primera vez se ha desarrollado una propuesta que une el valor de la limpieza de las calles con el aprovechamiento de los residuos de los animales domésticos para la producción de fertilizante natural”.
El modelo que se utiliza en la prueba piloto de Ordizia está formado por una base metálica de menos de un metro cuadrado de superficie con una caja inferior donde se depositan restos de poda triturados. De forma periódica, el personal encargado de la limpieza urbana debe verter los restos de vegetación impregnados de orina en los compostadores clásicos, para después usar el producto final en los jardines municipales.
Nicolás Jardí explica que el laboratorio Applus Agroambiental ha analizado el compost conseguido mediante este sistema, y que ha quedado comprobado que se produce una mejora global de sus características para ser usado posteriormente como fertilizante.
Jardí destacó también que el CREAF (Centro de Investigación Ecológica y Aplicación Forestal) ha realizado un informe favorable en torno a las pruebas piloto puestas en marcha en Cataluña.