Culminan dos proyectos nacionales en el marco del Convenio de Basilea, centrados en la creación de una infraestructura legal y económica para el manejo de químicos y el uso de nanoseguridad para la protección ambiental.
El pasado 9 de abril se realizó un taller en el marco de la culminación de dos proyectos uruguayos ejecutados por el Centro Coordinador del Convenio de Basilea, Centro Regional del Convenio de Estocolmo para América Latina y el Caribe, con sede en Uruguay, conformado por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA) y el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU).
El Convenio de Basilea sobre el “control del movimiento transfronterizo de desechos peligrosos y su eliminación” se adoptó el 22 de marzo de 1989, en respuesta a varios incidentes relacionados con hallazgos de residuos tóxicos importados del exterior en países en vías de desarrollo.
El Convenio regula los movimientos transfronterizos de residuos peligrosos y promueve la reducción en la generación de estos desechos y el manejo ambientalmente adecuado de los mismos en el sitio de disposición final.
En esta ocasión el Centro Coordinador del Convenio de Basilea para América Latina y el Caribe, presentó los resultados de dos proyectos de carácter nacional:
- Desarrollo de Infraestructura Legal e Instrumentos Económicos para el Manejo Racional de Químicos en Uruguay. Su objetivo fue el de trabajar en la revisión y aplicación de una Guía (LIRA) que presenta el marco político internacional sobre gestión de químicos con la finalidad de reducir al mínimo los efectos adversos sobre la salud humana y el ambiente. Este proyecto implicó un análisis de su puesta en práctica a nivel nacional para instrumentar una gestión racional de los productos químicos, incluyendo también las medidas de financiación y apoyos administrativos necesarios.
- Nanoseguridad para la protección de la salud y el ambiente. Se trata de un proyecto piloto de ejecutado en Tailandia, Nigeria y Uruguay, con el objetivo de desenvolver las capacidades y potencialidades de estos países para enfrentar los temas relacionados con la aplicación de la nanotecnología y los riesgos derivados de la misma. Igualmente, se busca integrar la gestión de la seguridad relacionada con las nanotecnologías a los programas ya existentes para la gestión racional de productos químicos. Entre sus resultados quedó manifiesta la necesidad y el desafío de incluir la nanoseguridad en las agendas de salud y ambiente del país, en un escenario en que la temática está instalada a nivel internacional.
En Uruguay se están dando pasos encaminados a fomentar las nanociencias y la nanotecnología como áreas estratégicas para el desarrollo industrial; así lo muestra la creación del Consejo Sectorial de Nanotecnología. Se plantea como desafío entonces, acompañar este desarrollo de medidas adecuadas de precaución, representadas por la regulación y la normativa de todos los aspectos involucrados con la nanoseguridad.
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