Según una investigación de la Universidad de Utrecht, una parte importante de los residuos plásticos enviados desde la Unión Europea a Vietnam terminan fuera de los circuitos de reciclaje y contaminando la naturaleza.
A pesar de la estricta normativa de la UE sobre reciclaje de plásticos, hay poca vigilancia sobre los residuos plásticos enviados desde la UE a Vietnam. Un gran porcentaje del plástico europeo exportado a ese país no puede reciclarse y se vierte en la naturaleza, según ha descubierto una nueva investigación de la Universidad de Utrecht, en Países Bajos.
Aproximadamente la mitad de los residuos plásticos europeos se exporta a varios países del Sur Global, entre ellos Vietnam. para seguir la ruta de reciclaje de estos residuos, un equipo de investigación holandés y vietnamita se aventuró en Minh Khai Craft Village, el mayor centro de reciclaje de Vietnam.
«Observamos a gente cocinando, comiendo y viviendo dentro de las instalaciones de reciclaje, rodeados de los nocivos humos del plástico en fusión. Los niños juegan en este ambiente asfixiante», relata Kaustubh Thapa, investigador de la Universidad de Utrecht y autor principal de un artículo publicado en la revista Circular Economy and Sustainability.
Según la investigación, diariamente se vierten siete millones de litros de aguas residuales tóxicas en los cursos de agua del pueblo en el que se ubica el centro.
«Aunque este comercio de residuos sea rentable para algunos, trasladar la responsabilidad de la gestión de residuos a aldeas como ésta perjudica a las personas, las comunidades y el medio ambiente», afirma Thapa.
En un momento en que la ONU está negociando un tratado internacional sobre los plásticos, esta nueva investigación muestra el sorprendente contraste entre las políticas vietnamitas y europeas y las realidades de los centros de reciclaje del Sur Global.
«Los consumidores europeos se esfuerzan por separar para el reciclaje, pero podemos ver claramente que sus esfuerzos son, para un porcentaje considerable, en vano», afirma Thapa.
«Centrarse en aumentar las tasas de reciclaje en la UE sin abordar sistemáticamente los daños humanos y medioambientales asociados a lo largo de toda la cadena de valor no es ni ético, ni circular, ni sostenible», añade el experto.
En cualquier caso, los investigadores no pierden la esperanza. Creen que la externalización sostenible de los residuos plásticos para su reciclaje. «El Nuevo Pacto Verde Europeo, su Plan de Acciones para una Economía Circular y las conversaciones en curso en la ONU en torno a un Tratado Mundial sobre los Plásticos jurídicamente vinculante no pueden ignorar nuestras conclusiones. A medida que consumimos más y más, y por tanto generamos más residuos, el comercio de residuos para reciclar debe abordarse de forma sistemática», concluye Thapa.