La instalación tendrá una capacidad de hasta 12.500 toneladas anuales y gestionará la fracción resto, los residuos de envases y la materia orgánica recogida de forma selectiva.
La Xunta de Galicia, a través de la empresa pública Sogama, ha adjudicado a la empresa Mezclas, Obras y Proyectos las obras de ejecución de una nueva planta de transferencia de residuos urbanos en Ponteceso (A Coruña), por un importe de 1,2 millones de euros.
Esta instalación se localizará en las cercanías del parque empresarial de Tea, en un terreno de 5.235 m2 de superficie, de los cuales 1.000 m2 se reservarán para zonas verdes y 650 m2 estarán ocupados por la propia nave.
La planta, que sustituirá a la que opera en la actualidad, tendrá una capacidad de hasta 12.500 toneladas anuales y ganará en eficiencia, estando preparada para trasvasar, además de la bolsa negra (la de los residuos genéricos), la bolsa amarilla (envases de plástico, latas y briks recogidos a través del contenedor amarillo) y, en su momento, la bolsa marrón (materia orgánica depositada en el contenedor de la mismo color).
La planta de transferencia dará servicio inicialmente la cuatro ayuntamientos (Ponteceso, Cabana de Bergantiños, Malpica y Laxe), que aglutinan una población de más de 18.000 habitantes, pudiendo acoger también la fracción orgánica de otros tres ayuntamientos más.
Asimismo, estará equipada con un compactador fijo y dispondrá también de sistema de traslación de contenedores, con capacidad para dos, propiciando de este modo que se desligue su funcionamiento del estado del transporte, susceptible de sufrir retrasos por diversos motivos.
Además, las futuras instalaciones contarán también con un aparcamiento de contenedores y un edificio destinado a oficina, vestuario y almacén. La nueva planta de Ponteceso cubrirá sus necesidades energéticas con paneles solares, fomentando de este modo las energías renovables.
La previsión es que la nueva instalación entre en funcionamiento en 2022, pasando a formar parte de la red de infraestructuras promovida por la Xunta con el fin de garantizar la valorización de la materia orgánica producida en Galicia mediante su conversión en compost, un abono de alta calidad con aplicaciones en la agricultura y en la jardinería como fertilizante natural, en relevo de los artificiales.
Se trata de una actuación financiada por los fondos Feder, como parte de la respuesta de la Unión Europea a la pandemia de la covid, toda vez que repercute en la protección del medio ambiente y, en consecuencia, en una mayor calidad de vida.
Logística conformada por 17 instalaciones
Conforme a la legislación europea en materia de residuos, los ayuntamientos tienen de plazo hasta el 31 de diciembre de 2023 para implantar la recogida diferenciada de la materia orgánica, un deber para el que tendrán que poner a disposición del vecindario un contenedor más en las calles, el llamado quinto contenedor de color marrón.
Si bien la gestión de los residuos es una competencia municipal, la Xunta de Galicia, a través de Sogama, destinará a esta labor un total de 17 instalaciones, de tal forma que más de 2,2 millones de gallegos dispongan de una instalación de estas características a menos de 50 km de distancia.
Esta red estará conformada por cuatro plantas de biorresiduos —una de ellas ya en funcionamiento, en Cerceda, y otras tres proyectadas en los municipios de Cervo, Vilanova de Arousa y Verín—,apoyadas por un total de 13 plantas de transferencia, que se encuentran en proceso de construcción o adaptación, habilitando en las mismas una tolva específica para el trasvase de la fracción orgánica a contenedores de gran capacidad, que luego serán transportados a la planta de compostaje más próxima.