Con una inversión de 33,5 millones, la planta de pirólisis promovida por Greene tendrá capacidad para tratar 40.000 toneladas anuales de la fracción rechazo de los residuos generados por la industria.
La empresa tecnológica de capital español Greene Enterprise, especializada en el tratamiento y la recuperación de residuos, pondrá en marcha una nueva planta en el término municipal de San Cristóbal de Entreviñas (Zamora) para recuperar 40.000 toneladas al año de la fracción rechazo de residuos industriales, cuyo destino final sería el vertedero. La nueva planta zamorana de Valogreene Roviña aprovechará estos residuos para generar nuevos productos de alto valor añadido que se introducirán de nuevo en el mercado.
La planta, que ocupará 13.600 metros cuadrados, ya dispone de la Autorización Ambiental Integrada (AAI) y también licencia de obras para iniciar la construcción, que tiene un plazo de 21 meses. Este proyecto empresarial supondrá una inversión de 33,5 millones de euros y generará en la economía del municipio más de 25 puestos de trabajo directos y otros 40 empleos indirectos.
El CEO de Greene Enterprise, Juan José Hernández, ha explicado que el proyecto se enmarca dentro de las políticas de Green Deal europeo, “porque nuestra tecnología es totalmente respetuosa con el medio ambiente y este proyecto evitará la emisión de 8.000 toneladas de CO² anuales, aprovechará material que hasta le fecha estaba destinado a ser enterrado en vertederos y generará un producto comercializable de nuevo uso”. Para Hernández, Zamora se sitúa en un lugar de “privilegio dentro del proceso de economía verde que busca reducir residuos y aprovechar los generados con una tecnología puntera y de vanguardia como propone Greene”.
El proceso de Valogreene Roviña consiste en un primer pretratamiento del material a reutilizar y triturado previo con maquinaria mecánica. Posteriormente, el material utilizable es sometido a un proceso de pirólisis desarrollado por Greene que, es capaz de lograr entre 10.000 y 12.000 toneladas anuales de aceite pirolítico, y entre 3.000 o 4.000 toneladas de biochar. La tecnología de pirólisis de Greene consiste en un proceso de descomposición química de todo tipo de materiales, excepto metales y vidrios.
El bioaceite se comercializa después para la fabricación de nuevos plásticos, mientras que el biochar tiene diferentes aplicaciones vinculadas a la reducción de la huella de carbono.
Actualmente Greene cuenta con otros dos proyectos en construcción, ubicados en Toledo y A Coruña, con los que se va a evitar cada año la deposición en vertedero de 80.000 toneladas de residuos (40.000 toneladas en cada proyecto). A partir de los residuos tratados en estos dos proyectos, la empresa obtendrá 20.000 toneladas al año de bioaceite y 12.500 de biochar.
Como explica el CEO de Greene, “nuestra tecnología está patentada a nivel europeo y destaca por su versatilidad y eficiencia energética, es una de las tecnologías de termoconversión más flexibles del mercado. Además, si hay un elemento que nos diferencia, es el tipo de residuos que tratamos. Actualmente, existen tecnologías de pirólisis que tratan residuos muy concretos, sin embargo, ninguna que trabaje con la fracción rechazo, la que va al vertedero, cuya característica principal es la heterogeneidad de los residuos que componen el residuo”.