La generalización de la presencia de contenedores específicos para la recogida de aceite de cocina usado ha permitido recuperar 75.000 litros más que en 2016.
La recogida de aceite doméstico usado en Zaragoza se incrementó notablemente el pasado año, alcanzando los 172.339 litros, frente a los 97.666 litros recuperados en 2016. La distribución y evolución del uso indica que se ha incrementado notablemente la recogida en contenedores, superando incluso el descenso que su generalización ha supuesto en los puntos limpios.
«Los datos demuestran que ha sido un acierto la generalización de la presencia de contenedores en todos los barrios, cumpliendo así una doble función: mejora en la gestión medioambiental de los residuos y creación de empleo para las personas que más lo necesitan», explicó el consejero de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Zaragoza, Alberto Cubero, durante una visita a la nave de Adislaf-Recikla, empresa de inserción encargada de recoger y transformar el aceite doméstico usado.
El impacto del aceite usado
Una persona genera al año alrededor de 10 litros de aceite vegetal usado. Si se arroja a la red de alcantarillado, tendría la capacidad de contaminar 10.000 litros de agua. El aceite, al ser menos denso que el agua, se sitúa sobre ella, generan una lámina que tiende a ocupar toda la superficie posible, impidiendo la oxigenación natural del agua, lo que afecta a la flora y fauna acuáticas.
Se calcula que los alrededor de 700.000 habitantes de Zaragoza generan unos siete millones de litros de aceite usado, de los cuales se arrojan por el desagüe aproximadamente la tercera parte, 2.100.000 litros, con capacidad para contaminar 21 hectómetros de agua. Una cantidad que viene a ser un tercio de la capacidad del embalse de Búbal, por ejemplo.
Asimismo, evitar que el aceite acabe en las tuberías supone un ahorro en la gestión de las depuradoras, puesto que se calcula que depurar cada litro de aceite vertido a la red de alcantarillado tiene un coste de 2,45 euros. En este sentido, no separar al menos tres litros por persona supone un coste anual para la ciudad de más de cinco millones de euros.
El destino principal del aceite recuperado es la fabricación de combustible (biodiésel) y, en menor medida, la ecogeneración eléctrica y la fabricación de barnices.
El beneficio social que se desprende de esta iniciativa, para la que Recikla ha tenido que realizar una inversión de más de 200.000 euros para la adquisición de los contenedores y la compra de un vehículo para la limpieza de los mismos, ha sido la contratación de tres nuevos trabajadores con discapacidad, que se suman a la plantilla de la empresa, que ya cuenta con 21 puestos de trabajo de inserción (17 con discapacidad intelectual y 4 con discapacidad física/sensorial), en una plantilla global de 30 personas, con monitores de apoyo y conductores.